viernes, mayo 17, 2019

Rencor

- ¿Tú no te acuerdas de mí, verdad?
A mi me tocaba conducir. Era justo, normalmente nunca lo hacía, era el cumpleaños de mi hermano y mis hermanas siempre pringaban al volante.
Ya eran las "y tantas" de la madrugada, todos en el pub en el que estábamos estaban bastante borrachos, tenía sueño y me aburría mucho, pero parecían estar pasándoselo en grande. No quedaba otra que esperar y tratar de hacerlo lo más llevadero posible.
Momento cigarro. En la puerta me aborda, con sus copas de más, el amigo de mi hermano, tímido, distante conmigo siempre y ante su pregunta empiezan los cabos a atarse.
No me dejó contestar,  con la embriagada verborrea característica siguió hablando.
- Yo soy amigo de Antonio.
Ante mi manifiesta cara de no saber de lo que me estaba hablando, prosiguió:
- (Joé) Ni siquiera te acuerdas de él. Tú estuviste saliendo dos días con Antonio. Te regaló una rosa por San Valentín y volviste con él por la rosa. Yo le dije - tú eres tonto tío - si te ha dejado y sólo vuelve por una rosa, pues vaya...-
Mi cerebro empieza a funcionar, mi gesto se tuerce, el amigo tímido y distante de mi hermano, a pesar de estar piripi lo percibe y también cambia el gesto. No quiso molestarme.
Sólo acierto a decir:
- Aaaaah, Antonio
Alguien llega, saluda, salen, entran del bar, mi explicación, mi versión no llega a salir de mi boca, se aleja con una sonrisa, se despide. En sus ojos se nota que no había calibrado mi reacción. No pretendía molestarme al decirme eso.
Pero yo creo que si, si lo pretendía, porque él llevaba todo este tiempo ¿veinte, veinticinco años? masticando un negro rencor hacia mí, hacia las mujeres desagradecidas, hacia las mujeres que le había hecho daño a él y a su(s) amigo(s), hacia aquellas que no decían gracias y luego cerraban la boca, hacia las que tenemos decisión y nos olvidamos de los novios que no fueron novios, que no fueron más que pavesas caídas del cielo que se hicieron nada antes de tocar el suelo.
Era en el instituto. En primero o segundo año (BUP) recuerdo poco, pero  sí que estaba el aula en el primer piso. Vagamente recuerdo un muchacho moreno, de pelo muy negro y con algún lunar en la cara, menos alto que yo, de más edad que, no śe como, me "pide de salir" a lo cual yo accedo. Aquel muchacho no hablaba de nada, no aportaba nada, no me hacía reír, no me daba conversación o entretenimiento, no me enseñaba nada. Era como salir con un árbol.
Yo tenía pocos años, poco que perder y mucho que vivir. Vi que aquello era un muermo y le dije que no tenía sentido. Al decírselo me contó que había dejado una rosa en mi pupitre como gesto super romántico para que yo al volver al aula la encontrara y cayera desmayada de amor entre sus brazos.
La idea romántica me enterneció, como no, el romanticismo es inherente a la adolescencia, y le dije que vale, que no le dejaba.
Pero parece que eso no le gustó, puede que a su orgullo de machito le saliera una raja o que la previsión de mi reacción, por mal calculada, no cumpliera sus expectativas. El caso es que aquello no mejoró, creo que hubo reproches y creo que le di la rosa y le dije si te he visto no me acuerdo.
Y tantos años después, una vida después, que si le veo en la calle no sé quien es, llega su amigo justiciero a lanzarme la puyita. Y no me deja decirle: tu amigo era un mueble, una manta, un paragüero. Tu amigo era inquerible porque era soso, era aburrido y adormecedor. Tu amigo quiso salir con una chica a la que no se molestó en conocer porque estaba buena, creyó que por dar el primer paso y cumplir el rol de hombre ya lo tenía hecho, creyó que yo le debía algo por pedirme salir con él y creyó que jamás conseguiría olvidarme de él porque había dejado una huella imborrable en mi vida.
Seguramente al mes siguiente no me acordaba de su cara, sigo sin hacerlo, pero yo me quedé no sólo prendida en su negro y viscoso rencor si no en el de su amigo, de una forma profunda, enquistada y maloliente, de forma que sólo alcohol mediante pudo, su amigo, exorcizar mi recuerdo.
Así de pequeños, de insignificantes, de malos son algunos hombres, algunas personas, algunos insectos.

The bug - Dire Straits.


















jueves, abril 25, 2019

Mi mejor amiga.


Mi mejor amiga tenía un par de hermanas, una casa increible, llena de detalles y una familia que para mí parecía de otro universo: teatrales, enrollados, modernos, alternativos... distintos a la mía, aunque sin menospreciarla. Una familia magnética, especial.
Un día llegué a su casa, como siempre y su madre, con muy buenas formas me echó una pedazo de bronca por lo que había escrito en un papel. Según iba avanzando la bronca yo me iba dando cuenta de lo que había sucedido en realidad. Mi mejor amiga, su hija, había escrito un insulto gordísimo sobre una compañera de clase y la muy torpe había dejado que cayera en manos de su madre. Imagino que esta entraría en cólera y a mi mejor amiga no se le ocurrió otra cosa que echarme la culpa.
Puede que esa fuera la primera disociación de mi vida. La madre de mi amiga hablándome y yo pensando en la puñalada que su hija me había dado.
Eso no significó que se rompiera nuestra amistad, en absoluto, seguimos siendo amigas y la quiero con locura. Yo tenía unos diez años.
Pasado el tiempo, pasando la vida ,tuve otra mejor amiga, de esas circustanciales, con la que me uní durante uno o dos años como uña y carne. Esta amiga, además de tener unos preciosísimos ojos felinos y una cara que parecía esculpida estudiaba muy bien, era un poco una chica ideal a la cual yo admiraba sin medida. Un día en clase de lengua la profesora daba las calificaciones. Aquella profesora era de las peores que podían existir, daba mal la clase, tenía mala pinta, era rencorosa y corregía los examenes por encima, aunque era relativamente fácil copiar con ella. Ese día que nos daba los resultados de la última prueba sucedió una cosa muy extraña: empezó a pegarle una bronca a un compañero porque, supuestamente éste había dejado la hoja de apuntes junto con el examen al entregarlo, dejando así al descubierto que había copiado. En medio de la bronca se descubrió que la hoja de apuntes no era suya, en realidad pertenecía a mi perfecta amiga, la brillante estudiante. Aquello era un asunto turbio pero en realidad no iba conmigo de manera que unos días después, cogiéndome bastante al margen de toda la situación mi amiga me soltó en la entrada a mi casa que creía que yo había metido sus apuntes entre los examenes con el objeto de perjudicarla. Ante mi absoluta estupefacción su respuesta fue llanamente: "eso una persona que no es tu amiga no te lo hace".
Posiblemente esa fue, si no la segunta, otra de mis disociaciones. Recuerdo que le di la espalda y subí a mi casa. Jamás le volví a hablar. Simplemente no entendía nada, no entendía cómo ella podía desconfiar de mi cuando, no sólo era su amiga, se pasaba las tardes en mi casa, me confiaba sus secretos y hacíamos juntas los trabajos de ciencias, si no que además yo jamás había estado ni cerca de sus apuntes. Simplemente no lo entendí, pero me olió mal y me dolió tanto que la aparté para siempre de mi camino. Hace poco lo entendí todo, pero eso es otra historia.

Años después tuve otra mejor amiga. Yo ya vivía sola. Era dueña de mi vida, de mis decisiones y de mi tiempo. Mi amiga era rubia y muy simpática, tenía un bar y estaba muy pillada por un muchacho. Un día me llamó al teléfono, era bastante tarde y me pidió que saliera con ella. El muchacho estaba de fiesta y quería verlo y si yo no salía con ella, no lo podría ver. Su razonamiento no tenía sentido para mi, soy de esas personas que si me gusta algo o alguien me acerco y lo tomo o al menos lo intento. Yo ya estaba en la cama, al día siguiente trabajaba y además no me apetecía nada. No me gusta mucho salir, pagar por beber cualquier garrafón y esquivar miradas de borrachos. Le dije que no salía. Esta vez fue ella la que dejó de hablarme para siempre jamás. Me llamó mala amiga por no dejar que me utilizara. 

Piece of My Heart - Big Brother & The Holding Company 



jueves, febrero 28, 2019

Hace años tuve un novio.

Hace muchos años yo tuve un novio.
Un muchacho brillante, tanto que su luz me dejaba en sombra y con el deslumbrón yo no veía nada bien, pero me conformaba con ir a tientas.
Aquel muchacho brillante era un gran cobarde. Engañó a su novia y me puso de pantalla, estuvo muchos meses intentando no perder su relación con ella, pero cuando me perdió a mi no lo intentó nada. Tampoco tenía nada que rascar, pero demostró una inmensa hipocresía en sus teorías sobre vínculos y relaciones.
Yo tuve que dar el paso de hablar con ella, que me ponía a parir en todos los foros que tenía disponibles, que me insultó, me despreció y me desprestigió sin ningun miramiento, aún sus palabras cargadas de odio siguen en internet.
Cuando rompí con él me sentí incapaz de seguir siendo amiga de ella, primero porque después de comprobar la bilis de la que era capaz no me daba ninguna confianza y luego porque ella no estaba preparada para asumir que él era un verdadero mierda. Creo que nunca lo aceptará. No me da ninguna pena.
Al novio brillante lo maltrataba su madre, que era una déspota, su hermano, que era un espabilado y un abusón. Así él siempre tenía posibilidad de ser una víctima, de escudarse en la mala vida que había llevado y en lo mucho que merecía un amor infinito.
Tiempo después empecé a descubrir cosas, a notar pequeños detalles, a fijarme en comentarios, actitudes...
El muchacho brillante, tan dulce, trabajador y bueno era la persona más dañina que me he cruzado jamás. Con una habilidad increible para hacer que sus limitaciones no se notaran, para disimular su infinita flojera y su enorme vacío interior. Para que no se notara que era un niño mimado y tremendamente rencoroso que se creía superior a mi, a todos, imagino, pero que conocía muy bien como utilizar mis propios puntos débiles para volverlos en mi contra.
Cuando estaba con él conocí a otro y lo engañé, lo engañé mucho tiempo hasta que cuando me pilló ví la oportunidad y salí corriendo. Jamás me arrepentí, sigo pensando que conocer al otro fue lo mejor que me pasó en la vida y siento que si esa relación hubiera seguido sería ahora una piltrafa humana, una pobre mujer a la sombra de un pobre machito manipulador y débil que lograba siempre utilizar la fuerza de los otros para simular la suya propia.
Hace algunos años intentó acercarse a mi, pero como el que no quiere la cosa y le paré los pies de golpe, incluso aproveché para devolverle un libro que odiaba que me recordara.
Hoy sigo sintiendo que es una persona muy peligrosa, sigo sintiendo que ese momento de mi vida, que superar esa relación fue lo más positivo que he vivido. Sigo sin saber nada de él, no me interesa en absoluto, no tengo ni un sólo recuerdo bueno, no me aportó nada. Pero cuando veo noticias relacionadas con la violencia de género pasiva, con la manipulación, con el desprecio, con la soberbia, no dejo de recordarlo y sentir una punzada de asco.
Además era una persona muy retorcida, buscaba en internet las opiniones que de él dieran los demás, tenía un Ego inabarcable y creo bastante posible que, aunque hayan pasado diez años, se pase por aquí a ver si le nombro (igual que su ex, que también de ideas retorcidas iba bien).
Y si, le nombro. Que tío más málo, que pena haberle conocido, que bien que el tiempo aleja de nosotros aquello que sólo nos quita vida, que pena que lo único que me queda de aquellos cuatro o cinco años es un sabor en la boca a vómito.

jueves, enero 24, 2013

d
duro es darse la vuelta y ver que el sol es un cenicero con dos colillas
e
el futuro es un puerta abierta de par en par en la que tú ya no tienes la llave
c
corazón completo que ya no contiene las letras de tu nombre
e
el interprete afinó la melodía, el tango se baila mejor con zapatos de tacón
p
pobre y atormentado animalillo, tan fatuo que no sabes donde termina tu nariz
c
como voy a querer recordarte si no eras tú, eras un espejismo de mi turbio corazón
i
imposible recordar el color de tus ojos, la marea barrió hasta los recuerdos más preciosos
o
ojos que ven, que no miran, que entienden que no
n
ni un sólo paso atrás, ni un paso de baile más, ni una sola canción.

martes, septiembre 20, 2011

ganó la vida

si el amor existió
se perdió en el aire que provocaron sus suspiros
revoloteó unos instantes entre ambos
subió al sol y estuvo a punto de quemarse
y luego desapareció
como todo en el inexorable devenir
de nuestras torpes existencias.

si el amor existió
perdió la partida
jugó un órdago que no pudo mantener
la mano que jugando creia que no jugaba
el tahur que pensaba que controlaba la partida
el amor perdió a empate que es la forma
más cobarde de ganar.

si el amor existió
sólo te rozó un instante
con una textura de nube algodonosa,
con frescura, con aroma de bebé recién bañado
hizo que todas las cosas fueran
como recien sacadas del embalaje
y luego no pudo
evitar que caducaran, que el perfume se evaporara
y que la obsolescencia reinara.

el amor murió, el amor terminó
y la vida siguió
obstinada, terca, inmensa y comprometida
ergo
el amor perdió
y ganó la vida.

lunes, septiembre 19, 2011

amores?

hay amores que son como una guerra
largos, crueles, agotadores
con el mismo campo de batalla
convertido en infinitos
pero siempre las mismas armas.
con millones de treguas
con cientos de miles de balas
en los que el tedio, el miedo
te despierta por las noches
en los que sabes que el enemigo
duerme a unos pasos de ti
con la desconfianza siempre planeando
con heridas que nunca curan
y un hospital de campaña
insuficiente, sucio y frio
en el cual uno entra para sufrir
y engancharse a las drogas duras.

hay amores que son como desiertos
que confunden la paz con el olvido
inmensos, vertiginosos y por la noche frios
en los que el cariño sólo es una visión
producida por el exceso de sol
en los que el agua es una bendición
fuertemete custodiada
por el enemigo.
interminables paisajes de arena dorada
que esconden miles de alimañas y peligros
amores imposibles de escapar
en los que las dunas cambian
y siempre te llevan al mismo sitio

hay amores ciegos
duros, oscuros, malditos
que nadie se merece
que son delito.

martes, septiembre 14, 2010

tiempo

la frase:

EL TIEMPO LO CURA TODO

o su prima:

EL TIEMPO PONE LAS COSAS EN SU SITIO

son una estafa
un fraude
una engañifa
y un camelo

y cuando van pasando los días y veo que no curan las heridas y las cosas siguen desordenadas me pongo muy violenta
y muy down.

nunca podré olvidarte. maldito seas.