jueves, abril 25, 2019

Mi mejor amiga.


Mi mejor amiga tenía un par de hermanas, una casa increible, llena de detalles y una familia que para mí parecía de otro universo: teatrales, enrollados, modernos, alternativos... distintos a la mía, aunque sin menospreciarla. Una familia magnética, especial.
Un día llegué a su casa, como siempre y su madre, con muy buenas formas me echó una pedazo de bronca por lo que había escrito en un papel. Según iba avanzando la bronca yo me iba dando cuenta de lo que había sucedido en realidad. Mi mejor amiga, su hija, había escrito un insulto gordísimo sobre una compañera de clase y la muy torpe había dejado que cayera en manos de su madre. Imagino que esta entraría en cólera y a mi mejor amiga no se le ocurrió otra cosa que echarme la culpa.
Puede que esa fuera la primera disociación de mi vida. La madre de mi amiga hablándome y yo pensando en la puñalada que su hija me había dado.
Eso no significó que se rompiera nuestra amistad, en absoluto, seguimos siendo amigas y la quiero con locura. Yo tenía unos diez años.
Pasado el tiempo, pasando la vida ,tuve otra mejor amiga, de esas circustanciales, con la que me uní durante uno o dos años como uña y carne. Esta amiga, además de tener unos preciosísimos ojos felinos y una cara que parecía esculpida estudiaba muy bien, era un poco una chica ideal a la cual yo admiraba sin medida. Un día en clase de lengua la profesora daba las calificaciones. Aquella profesora era de las peores que podían existir, daba mal la clase, tenía mala pinta, era rencorosa y corregía los examenes por encima, aunque era relativamente fácil copiar con ella. Ese día que nos daba los resultados de la última prueba sucedió una cosa muy extraña: empezó a pegarle una bronca a un compañero porque, supuestamente éste había dejado la hoja de apuntes junto con el examen al entregarlo, dejando así al descubierto que había copiado. En medio de la bronca se descubrió que la hoja de apuntes no era suya, en realidad pertenecía a mi perfecta amiga, la brillante estudiante. Aquello era un asunto turbio pero en realidad no iba conmigo de manera que unos días después, cogiéndome bastante al margen de toda la situación mi amiga me soltó en la entrada a mi casa que creía que yo había metido sus apuntes entre los examenes con el objeto de perjudicarla. Ante mi absoluta estupefacción su respuesta fue llanamente: "eso una persona que no es tu amiga no te lo hace".
Posiblemente esa fue, si no la segunta, otra de mis disociaciones. Recuerdo que le di la espalda y subí a mi casa. Jamás le volví a hablar. Simplemente no entendía nada, no entendía cómo ella podía desconfiar de mi cuando, no sólo era su amiga, se pasaba las tardes en mi casa, me confiaba sus secretos y hacíamos juntas los trabajos de ciencias, si no que además yo jamás había estado ni cerca de sus apuntes. Simplemente no lo entendí, pero me olió mal y me dolió tanto que la aparté para siempre de mi camino. Hace poco lo entendí todo, pero eso es otra historia.

Años después tuve otra mejor amiga. Yo ya vivía sola. Era dueña de mi vida, de mis decisiones y de mi tiempo. Mi amiga era rubia y muy simpática, tenía un bar y estaba muy pillada por un muchacho. Un día me llamó al teléfono, era bastante tarde y me pidió que saliera con ella. El muchacho estaba de fiesta y quería verlo y si yo no salía con ella, no lo podría ver. Su razonamiento no tenía sentido para mi, soy de esas personas que si me gusta algo o alguien me acerco y lo tomo o al menos lo intento. Yo ya estaba en la cama, al día siguiente trabajaba y además no me apetecía nada. No me gusta mucho salir, pagar por beber cualquier garrafón y esquivar miradas de borrachos. Le dije que no salía. Esta vez fue ella la que dejó de hablarme para siempre jamás. Me llamó mala amiga por no dejar que me utilizara. 

Piece of My Heart - Big Brother & The Holding Company