Davide
David es el capitán del comando de la suavidad. Su primer alférez es una roja y jugosa cereza. El coronel ha de ser un melocotón.
Están entre su ejercito multitud de gatos, un par de jirafas, dos mirlos y varias mariposas. Ha llegado el tercer regimiento de nectarinas. El campamento está reunido en total secreto. Se estudia la estrategia para la conquista de las laderas de mi espalda.
El primer destacamento habrá de atacar el flanco dorsal, podrá realizar múltiples movimientos de expansión y repliegue para conseguir su cometido. Una vez estén las poblaciones más importantes sitiadas, se abrirán paso el comando de las sardinas. Vigilando en todo momento la provisión de nardos y claveles, que serán utilizados para seducir con malas artes a todas las habitantes del castillo de mi escápula.
La noche previa, mientras esperan al batallón del chocolate fundido, es larga y tediosa. Algún ruiseñor pasa volando, inspeccionando su campamento. Desde lejos, el fuego de las pequeñas hogueras parecíera ser un pequeño universo lleno de flamígeras estrellas.
En el otro lado, rebasada ya la cordillera de mi columna vertebral se encuentran emboscados los guerrilleros del terciopelo. Han aprovechado la seriedad y el arrojo de sus vigias; los abejorros con infrarrojo, para darse un baño en el mar de la tranquilidad de mis lumbares. El agua estaba tibia, olía como a azahar, a mandarina. Las arenas de mis costas son finas y límpias, es por eso supongo, que el comando del capitán David quiere llegar a ellas.
La lucha será sin duda cruenta y salvaje, habrá sangre, sudor y lágrimas, pero el resultado, no sé, siempre que no olvidemos lo que en un momento sentimos, ha de ser una victoria compartida.
David es un fisioterapeuta guapísimo que conocí de una manera muy tonta; le gusté por mi voz cuando le llamé cinco veces para que me diera el pedido del círculo de lectores (sí amaado lector, yo fui agente del Círculo). empezó a mandarme mensajes sin habernos visto nunca y un dia, cuando fui a llevar el libro nos conocimos al fin.
no pudo ser peor, Davide es guapísimo y además un muñeco encantador. El caso es que entonces yo tenía novio y lo único que conseguí fue hacerle pasarlo mal.
le guardo un inmenso cariño.
Están entre su ejercito multitud de gatos, un par de jirafas, dos mirlos y varias mariposas. Ha llegado el tercer regimiento de nectarinas. El campamento está reunido en total secreto. Se estudia la estrategia para la conquista de las laderas de mi espalda.
El primer destacamento habrá de atacar el flanco dorsal, podrá realizar múltiples movimientos de expansión y repliegue para conseguir su cometido. Una vez estén las poblaciones más importantes sitiadas, se abrirán paso el comando de las sardinas. Vigilando en todo momento la provisión de nardos y claveles, que serán utilizados para seducir con malas artes a todas las habitantes del castillo de mi escápula.
La noche previa, mientras esperan al batallón del chocolate fundido, es larga y tediosa. Algún ruiseñor pasa volando, inspeccionando su campamento. Desde lejos, el fuego de las pequeñas hogueras parecíera ser un pequeño universo lleno de flamígeras estrellas.
En el otro lado, rebasada ya la cordillera de mi columna vertebral se encuentran emboscados los guerrilleros del terciopelo. Han aprovechado la seriedad y el arrojo de sus vigias; los abejorros con infrarrojo, para darse un baño en el mar de la tranquilidad de mis lumbares. El agua estaba tibia, olía como a azahar, a mandarina. Las arenas de mis costas son finas y límpias, es por eso supongo, que el comando del capitán David quiere llegar a ellas.
La lucha será sin duda cruenta y salvaje, habrá sangre, sudor y lágrimas, pero el resultado, no sé, siempre que no olvidemos lo que en un momento sentimos, ha de ser una victoria compartida.
David es un fisioterapeuta guapísimo que conocí de una manera muy tonta; le gusté por mi voz cuando le llamé cinco veces para que me diera el pedido del círculo de lectores (sí amaado lector, yo fui agente del Círculo). empezó a mandarme mensajes sin habernos visto nunca y un dia, cuando fui a llevar el libro nos conocimos al fin.
no pudo ser peor, Davide es guapísimo y además un muñeco encantador. El caso es que entonces yo tenía novio y lo único que conseguí fue hacerle pasarlo mal.
le guardo un inmenso cariño.
3 Comments:
Lince... por la dirección de tu otro blog, por favor!
Lince nu sé si no te habrás dado de cuen... pero es que estamos todos esperando por la dire del otro blog hija!!!
Ohhh! Del círculo, soís como una mafia ¿no?
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