cuarto gris.
-No le tengo ningún miedo a la muerte; es más, deseo vehementemente que aparezca.
Eso me lo dijo en primavera, quizás en Mayo o Abril. Me lo dijo en el parque, entre gritos y correteos de críos, clavándome sus pupilas, reflejándose en las mías como decía que le gustaba hacer porque había leído que cuando alguien se refleja en unas pupilas no puede escapar de su mirada.
Ella me enseñó a mirar a los ojos.
Ese fue el día de los carteles. Uno de tantos días en que puede apreciar su sencillez y su cariño hacia mí. Iba tan elegante como su mirada, y tan natural como su sonrisa.
Que bonita era cuando me quería.
Luego fue cuando las cosas empezaron a torcerse, las gaviotas echaron a volar y no se volvieron a posar en Torimbia; los claros se llenaron de nubes y la melancolía lo empapó todo hasta los tallos de hierbas que se le enredaron en el cabello aquella última mañana de Abril en que me abandoné en sus brazos.
Luego llegó el verano y otras flores ocuparon su jarrón, las noches volvían a tener sabor a vino dulce y los vestidos volvían otra vez a apolillarse. Pero solo me di cuenta de ello dos años después, me doy cuenta ahora en este triste cuarto gris en el que ni el olor del mar tapa tantas grietas en mi memoria.
Ayer vi una niña en el parque. Tenía esa mirada, tenía sus ojos y me la recordó tanto que la melancolía me hizo una herida en el costado y fui a la farmacia a preguntar por ella, y después de tantas vueltas lo supe. Supe que seguía sola y que los que la querían sabían que aun me esperaba. Seguía asomándose para ver si llegaba un coche y ahora que lo sé el dolor ya no me hace daño, ahora el dolor es dulce y vuelvo tranquilo a mis cosas y duermo tranquilo en mi cama, pero a veces, me siento aquí en este cuarto gris cara al mar y lloro, lloro mucho tiempo y no sé si de felicidad o de tristeza, no se si de alegría o de pena. Sólo sé que el mar me trae su recuerdo y la nostalgia echa a rodar mis lágrimas.
Eso me lo dijo en primavera, quizás en Mayo o Abril. Me lo dijo en el parque, entre gritos y correteos de críos, clavándome sus pupilas, reflejándose en las mías como decía que le gustaba hacer porque había leído que cuando alguien se refleja en unas pupilas no puede escapar de su mirada.
Ella me enseñó a mirar a los ojos.
Ese fue el día de los carteles. Uno de tantos días en que puede apreciar su sencillez y su cariño hacia mí. Iba tan elegante como su mirada, y tan natural como su sonrisa.
Que bonita era cuando me quería.
Luego fue cuando las cosas empezaron a torcerse, las gaviotas echaron a volar y no se volvieron a posar en Torimbia; los claros se llenaron de nubes y la melancolía lo empapó todo hasta los tallos de hierbas que se le enredaron en el cabello aquella última mañana de Abril en que me abandoné en sus brazos.
Luego llegó el verano y otras flores ocuparon su jarrón, las noches volvían a tener sabor a vino dulce y los vestidos volvían otra vez a apolillarse. Pero solo me di cuenta de ello dos años después, me doy cuenta ahora en este triste cuarto gris en el que ni el olor del mar tapa tantas grietas en mi memoria.
Ayer vi una niña en el parque. Tenía esa mirada, tenía sus ojos y me la recordó tanto que la melancolía me hizo una herida en el costado y fui a la farmacia a preguntar por ella, y después de tantas vueltas lo supe. Supe que seguía sola y que los que la querían sabían que aun me esperaba. Seguía asomándose para ver si llegaba un coche y ahora que lo sé el dolor ya no me hace daño, ahora el dolor es dulce y vuelvo tranquilo a mis cosas y duermo tranquilo en mi cama, pero a veces, me siento aquí en este cuarto gris cara al mar y lloro, lloro mucho tiempo y no sé si de felicidad o de tristeza, no se si de alegría o de pena. Sólo sé que el mar me trae su recuerdo y la nostalgia echa a rodar mis lágrimas.
7 Comments:
Este es nuevo, Lin, o lo escribiste hace tiempo? Me encanta como empieza, me gustan los principios fuertes.
nopes.
ya puse en uno de los posts (y lo pone en el título, ahora que me acuerdo) que este es un blog hecho de retales.
no escribo nada nuevo, lo único presente que puede haber son apariciones de estrellas invitadas :P
las cosas nuevas, sean cuentos o reflexiones, divagaciones, pataletas o lo que sea están en el otro (the other, l'altre, you know ;) por eso: vayan al otro que es muy gonito y está alive (ah, ah, ah)
Pásame la dirección del otro que pensando que ya sólo escribías aquí lo quite de favoritos...
Que bonita era cuando me quería...
Gran frase. Lo de la niña en el parque me recuerda a una peli cojonuda. Se llama el retrato de Jenny no se si la has visto, pero por tu estilo de escribir creo que te gustaría
¿Tienes otro? no lo sabía, pon la dire que me da que estamos todos un poquitín pez ein... Ô_o
Un saludo
Oye, que lo digo en serio, que sólo me aparece el ronroneo en tu perfil...
Es lo que tiene el mar, que a veces ayuda a cubrir recuerdos, y otras no hace más que abrirlos constantemente, aunque uno se empeñe en cerrar el alma y arrojar la llave a la primera alcantarilla que encuentre. No sirve de nada.
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