miércoles, abril 06, 2005

juanita pulgarcita

hay un vaibén, un ir y venir, un alboroto... Hay explosiones, risas, complicidad, engaño, fuego. Hay soledad, profunda y densa como el petroleo, soledad interna que me asedia, que implosiona dentro de mi, acorralándome, tapizándome de tienieblas desde dentro.

No es que me queje de que el cabo que me queda, que lo que me sostiene, lo que me hace sonreir, regalar piropos, sonrisas, besos de gratis no sea lo suficientemente sólido. Soy yo misma y mi maldita manera de estroperalo todo. Quiero actuar como me pida la cabeza y el corazón, para dos pasos después pararme a pensar si mi decisión es demasiado trascendente. Pienso siempre a priori que todo va a salir tan mal, que ese abrazo que necesito no va a estar, que ese beso que busco no me lo van a dar, que (al fin y al cabo, lo único que me importa) esa empatía se va a romper... Y no dejo de echarme la culpa a mi misma, de pensar que no me lo merezco, que es demasiado bueno, lo poco de bueno que abunda en mi vida. Es tan fácil maravillarse por una flor, por el vuelo de las palomas en medio de Barcelona, por la lluvia, por la voz de quien tanto te da sin siquiera darse cuenta, por el recuerdo de una copa de vino, por esos momentos que guardo en mi libretita como momentos de no olvidar; es tan fácil digo, que todo eso se caiga por el desagüe, que vaya a buscarlo, que hurgue por mi corazón, por los recodos de mi alma, por la información de mi cortex y no lo encuentre. Esto es lo que me mortifica. Que si la belleza está ahí y se esconde, haya veces que no sepa encontrarla, cuando otra veces parece que tuviera la capacidad de crearla.
Es como las burbujas de jabón, cuesta tan poco hacerlas, cuesta tan poco hacer feliz a los demás y por extensión ser feliz una misma. Y yo sigo en mi lucha de que no porque el entorno sea feliz he de serlo yo; más bien a contrario, pero jolines, que no me sale.

y me vuelvo a sentir chiquitina, chiquitina, como juanita pulgarcita