viernes, marzo 25, 2005

MIEDOS

cuando yo era pequeña, me escapé una vez sola hasta un bosquecillo de eucaliptos.
las ramas, raices y hojas arañaban mis piernas y el flequillo se me pegaba a la frente.
era una especie de claro. había muchos eucaliptos cortados y algo que parecía una trinchera con ramas y hojas.
yo era ñaja, no sé que edad podía tener, cuando me iba sola y me colaba entre los maizales y me iba a coger manzanas.
pero en ese claro del bosquecillo, ahora lo recuerdo como un recuerdo angustioso.
supongo que por circustancias personales, abuso de drogas y efectos secundarios, vaibenes irregulares en la conducta y lecturas perniciosas para la moral y el camino recto; supongo, decía que ahora lo atribuyo a mi primero momento de soledad total consciente.
me recuerdo sola, en medio de un bosque y recuerdo el pánico, la necesidad de correr, de que mis piernas me llevaran a alguna parte, porque allí no había nadie y todas las malvadas criaturas que se disparaban en mi mente pasaban por delante de mis ojos, abiertos de par en par que solo veían mis botas corriendo y lo terrible que llevamos dentro uno mismo.
sigo manteniendo la costumbre de luchar a la cara con los fantasmas. no atribuyo ruidos extraños a criaturas ni nada de eso, solo que cuando estoy en la casa de aldea, con una linterna en la mano me imagino todo lo que no se vio en tesis y me martirizo un ratito hasta que domino el miedo.
no sé si contar esto me servirá para algo. pero estoy probando, estoy en ello, necesito avanzar de alguna manera.